Para equilibrar, rescatar y rendir homenaje a toda nuestra herencia familiar, llamamos a nuestra bodega, que es también nuestra vocación y nuestro lugar de trabajo, Slaibe.
Empezamos con el primer vino. El que abre camino celebrando. El que siente una enorme felicidad por el inesperado golpe de buena suerte que tuvimos hace un par de días. El que nos muestra que, incluso los más dolorosos fracasos, pueden contener algo de éxito. Este vino se alegra muchísimo por todo lo que nos ocurre. Pero, en especial, nos da la enhorabuena!